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sábado, 21 de marzo de 2009

Mi fin de semana inolvidable

Eran las tres de la tarde cuando sonó de improviso el teléfono, una voz familiar me invitaba del otro lado del auricular a una aventura que no podía rechazar.
El viento se sentía en los oídos e iba traspasando mi piel, estábamos en la cima de un cerro a punto de lanzarnos en parapente. Mi estómago subía y bajaba de la emoción o mejor dicho del miedo. Sabía que si tomaba mal una de las correas el FIN sería desastroso; sin embargo, la sensación adrenalínica era mayor y mi cuerpo sólo quería saltar al vacío.
Como el alado Ícaro sentí el fuego en mi rostro, ansiosa de aprehender las nubes entre mis manos pasé sobre ellas. Mi vista se nubló producto de la emoción, yo era un ser tan pequeño ante tanta inmensidad, una hormiga perdida que flotaba en el aire, rumbo a quién sabe dónde.
Entre tanta maravilla me pregunté por aquel sujeto que me había invitado a esta inolvidable experiencia, miré hacia la tierra y de pronto vi un punto amarillo en medio de la nada, era él que descendía hacia la tierra, rápidamente me puse a su lado y vi en su rostro la misma perplejidad, emoción y admiración que hace unos pocos instantes llenaba cada centímetro de mi pobre humanidad.
(Registro de propiedad intelectual n°177787)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

que importante es saber que tú puedes y que tú serás tu única responsable, si no cruzas el río quién lo hará por ti?
deja muchas enseñanzas tus historias
esperaré con ancias las demás

xau eugenia

Anónimo dijo...

jajaja...me gusto esta historia, sobre todo porque describe exactamente la sensaciòn que siempre he imaginado que debe sentirse al voloar....en fin es buenísima!

Anónimo dijo...

Que vértigo!!! eso es lo que sentí al leer la historia. He leído las otras, pero con esta sentí mi guata como cuando se sube a un ascensor. Muy entrete

Anónimo dijo...

Puta quien no ha vivido la experiencia extrema de ascensor guena muy guena me acorde de esos que eran con reja del viejo guaton con la chaqueta que te saludaba y con cara de na te preguntaba a que piso? y tomaba con sus manos gruesas una palanca pa delante y no sabias si llegarias algun lugar jajajajaj