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viernes, 27 de febrero de 2009

Viña es un festival...

Nuestro querido y odiado festival, dependiendo del ojo que lo mire,pero en este instante más que irme en la profunda quiero resaltar algo que me llama la atención, sin extrañarme en lo más mínimo, el gran despliegue noticioso que despierta un par de siliconas. Nada nuevo dirán ustedes.
No voy a empezar a desmerecer a la chica que las lleva, pues ese no es mi estilo. Creo que por el contrario, la voy a defender o simplemente opinar, pues todos los reportajes centran su atención en la cantidad de cirugías que se ha practicado, en el sin número de ejercicios que realiza diariamente, en la estricta dieta que mantiene y demases.
Todo un estudio proyectado hacia el desmembramiento de la diva, que logra que el espectador esté más pendiente de esos detalles que la hacen parecer como la típica modelo tonta. Debido a ello salgo en su defensa, porque ¿qué sería de ella sin todos esos pequeños retoques?
Pensémoslo mejor, un médico para ser reconocido, no sólo debe tratar bien a sus pacientes y lograr su mejoría, sino que además y para conseguir esto último, debe perfeccionarse, es decir anexar a sus siete años de estudios, unos cuantos más para especializarse...él invierte en su carrera.
El dueño de un negocio, por ejemplo un supermercado, realiza estudios de marketing que lo ayudarán a que sus productos se vendan más y mejor...él invierte en su negocio.
Es aquí donde destaco la diferencia que se hace, no sé si será por el hecho de que es mujer, pero esta joven, al igual que cualquier dueño de una empresa se dedica a invertir en su negocio, mas ¿de qué consta su empresa? pues está bien claro, su gran capital y producto es su cuerpo.
Podemos entrar en toda una discusión filosófica e incluso hablar de machismo, pero no apuntemos a eso, sólo pensemos que como dueña de una empresa ha hecho una buena inversión y gracias a todos aquellos que están dispuestos a comentar, es decir publicitar sus atributos o comentarios en general, donde ahora me incluyo, ella logra abrirse paso y ganar unos cuantos billetitos.
Ella invierte y gana, tan tonta como desea parecer no lo es... ¡qué mejor! ojalá todos los negocios fueran así de fantásticos, más aún en tiempos de crisis.



martes, 17 de febrero de 2009

Juntos para siempre

Nos quedamos en Londres, con sus adoquines y construcciones antiguas, intacta al progreso. Temblábamos aún, pero la alegría nos embargaba, poco nos importaba el que dirán; era nuestro día, bendecido ahora por el cielo, pues vino la lluvia intensa y mojadora. Jamás creí que lo haría; sin embargo, cuando su rostro palideció giró sobre sus talones y echó a correr, lo seguí dejando atrás la iglesia de San Francisco. Nadie nos siguió porque al fin y al cabo todos lo esperaban, menos ese joven sacerdote que dispuesto a celebrar nuestra unión, sólo tuvo que contentarse con contemplar incrédulo nuestra huída.

(Registro de propiedad intelectual n°177787)

viernes, 6 de febrero de 2009

El amor está en todas partes

Entré como de costumbre a tomar mi baño diario. Di el agua, arreglé la cortina y me metí bajo el chorro de agua. Estaba en eso cuando la cortina empezó a acercarse a mí, la corrí y cada vez se me pegaba más y más. La agarré con ambas manos, la tironeé y le eché un par de rosarios al más puro estilo chileno. De pronto, todo fue uno, resbalé casi como para caerme en la tina…ahí comprendí, entendí todo, absolutamente todo.
Entonces me terminé de bañar en silencio, totalmente callada, tomé la toalla y salí del baño. Luego de vestirme, salí a caminar, comprendí que debía meditar lo ocurrido…sí, la tina y la cortina tenían un romance, pero ¡cómo! Si ambas eran eso, pertenecen al rango femenino o es que entre los objetos son todos asexuados y al fin y al cabo qué me importaba, quién era yo, quién soy yo para lanzar la primera piedra…así seguí razonando durante mi larga caminata. Al llegar a casa entré directamente al baño, me senté en la taza, pidiéndole las respectivas disculpas y les expresé, a cortina y tina, mi máxima comprensión, no me respondieron nada, todo estaba en absoluto silencio, ni siquiera el eco quiso hacer resonar mis palabras para que quedaran un instante dándole mayor solemnidad a este reencuentro, yo y mi baño.
En fin, el tiempo ha pasado, la cortina no se ha vuelto a pegar en mi cuerpo, ni la tina me ha provocado algún tipo de resbalón…pero aún tengo la misma duda que en un principio… ¿cómo mierda lo hacen?

(Registro de propiedad intelectual n°177787)